“Este país no podrá resolver sus problemas si no hay estabilidad política”, dijo el profesor Juan Bosch en medio de la situación que vivía la República Dominicana tras concluir la Revolución de Abril en 1965, entre la ocupación estadounidense y el gobierno provisional de Héctor García Godoy.

En esta entrega de la Zona Retro, presentaremos el contexto político que experimentó el país después de 8 meses de gobierno provisional, en medio de la presencia de militares estadounidenses y los preparativos para las elecciones futuras.

Con la firma del Acta de Reconciliación Nacional que marcó el final de la gesta de abril de 1965, el país se encontraba en un estado político marcado por la lucha por el control entre las fuerzas extranjeras acantonadas en el territorio nacional y el gobierno provisional liderado por el doctor Héctor García Godoy. Este gobierno provisional tenía la responsabilidad de organizar las elecciones generales programadas para el 1 de junio de 1966.

Situación política
El presidente Héctor García Godoy se mostró alentado por el mejoramiento de las condiciones electorales. “Las cosas han cambiado marcadamente”, dijo a los periodistas. “Hace poco tiempo, el pueblo se preguntaba si iban a realizarse las elecciones. Ahora, se preguntan quién será el ganador”.

Añadió que solo se tenía la esperanza de proporcionarle al pueblo las condiciones mínimas para unas elecciones, pero en ese momento albergaba la esperanza de darles a los dominicanos las mejores condiciones posibles.

Control del territorio
En este sentido, García Godoy solicitó el apoyo de los gobiernos latinoamericanos para lograr el retiro de las tropas extranjeras del territorio luego de instalado el nuevo gobierno constitucional, según informó una fuente gubernamental de Uruguay.

En la residencia gubernamental, se informó que Alberto Heber, presidente del consejo nacional, fue contactado por el primer mandatario provisional dominicano, quien solicitó el respaldo de ese país. La misma fuente había expresado que la petición estaba en consideración y se informaría una decisión en los próximos días, y adelantó que “había un ambiente favorable” para la misma.

Junto a Uruguay; Chile y México habían rechazado la presencia de efectivos militares extranjeros en la República Dominicana, y continuaban oponiéndose a la creación de una Fuerza Interamericana en el marco de la OEA, como se había propuesto el año anterior cuando estalló la crisis dominicana.

La respuesta de la Cancillería de Uruguay fue que, antes de fijar su posición, realizaría consultas a nivel diplomático con los demás gobiernos del continente para buscar una “política común sobre el problema dominicano”, según comunicó el informante.

En adición a esto, grupos laborales reunidos para conmemorar el Día del Trabajador, leyeron un manifiesto, en el Ateneo Amantes de la Luz, donde aseguraban que los obreros lucharían, junto a los sectores dominicanos, para que las tropas extranjeras salieran del país.

Por otro lado, principales figuras políticas del país mostraron su apoyo a que la Fuerza Interamericana de Paz (FIP) se retire del país antes del 1 de julio. Entre ellos: el licenciado Rafael F. Bonnelly, Horacio Julio Ornes, Luis Amiama Tió y Rafael Taveras (Fafa).

Posición americana ante retiro de tropas
En declaraciones a la prensa, el subsecretario de Estado Lincoln Gordon dijo que la Fuerza Interamericana de Paz en la República Dominicana podría ser retirada del país, debido a que el ambiente público era propicio para la realización de las elecciones. Sin embargo, advirtió que el país había sido señalado como un objetivo principal de la subversión comunista.

Por lo tanto, puso en duda el retiro de los 7,447 hombres de la fuerza, de los cuales 5,706 eran estadounidenses, para julio, cuando se suponía que debería asumir el cargo el nuevo presidente. Aclaró que esperaba que la fuerza militar se retirara en un futuro cercano, ya sea antes o después de las elecciones.

Existencia de un movimiento
Por otro lado, el candidato a la Presidencia por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Juan Bosch, dijo que los problemas nacionales no podrán ser resueltos “si no se respeta la voluntad del pueblo, si aquí no se deja gobernar a los que el pueblo elija, por todo el tiempo que dure su mandato”.

En este sentido, mediante una serie de declaraciones Bosch expresó que en el Partido Reformista existía un movimiento organizado para no aceptar el resultado de las elecciones y destacó que creía que el doctor Balaguer no estaba al tanto de dicho grupo.

Añadió además que, comprendía que Balaguer estaba siendo influenciado para expresar ideas sin percatarse de las verdaderas intenciones de aquellos que le alimentaban con mentiras.

El líder del PRD habló a través de Tribuna Democrática, un espacio de difusión pagado por su partido que se emitía en varias estaciones de radios locales y regionales, refiriéndose a un discurso reciente de Balaguer y a una carta del Presidente Héctor García Godoy.

Campaña electoral
Por su parte, el candidato a la Presidencia de la República por el Partido Reformista, doctor Joaquín Balaguer, llevaba a cabo su campaña electoral realizando giras y proponiendo pactos a otros partidos.

Durante una visita de dos días a la provincia de El Seibo, el líder reformista se dirigió a miles de partidarios y simpatizantes del partido que se congregaron en una explanada cerca de la Plaza de Toros. Después de la manifestación, Balaguer recorrió las calles de la ciudad y los sectores más pobres de la localidad, acompañado por una caravana que llegó con él desde Santo Domingo.

En cuanto al pacto, Balaguer propuso al Partido Revolucionario Dominicano un “pacto de caballeros”, que tenía como fin que el partido que perdiera las elecciones no obstaculizaría sistemáticamente al candidato triunfante.

Percepción del gobierno provisional
El licenciado Rafael F. Bonnelly expresó a través de una cadena de emisoras su percepción de que en el país no había gobierno desde hacía ocho meses. El candidato presidencial, respaldado por varios partidos y el Movimiento de Integración Nacional (MIN), afirmó que el Gobierno provisional no había logrado solucionar ni un solo problema.

“Llevamos ocho meses de Gobierno Provisional y tenemos la sensación de que hace ocho meses que no tenemos gobierno. No ha resuelto a cabalidad un solo problema. No ha movido un dedo para crear una atmósfera igual para todos, que sea capaz de ganarse la confianza de la Nación. Lo que ha venido causando confusión”, denotando el clima político cargado de ansiedad y descontento.

A la deriva
Una de las principales preocupaciones del país, tras las numerosas publicaciones aquí y en otras ciudades norteamericanas, era qué sucedería en la República Dominicana después de las elecciones del 1 de junio.
El 4 de mayo de 1966 las publicaciones se centraban en hacer énfasis sobre las posibilidades de triunfo de los candidatos electorales y el tono no era optimista.

Los corresponsales y comentaristas más influyentes parecían coincidir en que la calma que reinaba en el país era una tregua. Esta tregua, no oficialmente declarada ni consultada previamente entre las distintas facciones políticas dominicanas, podría terminar, según opinaban los observadores, después de las elecciones.

En consecuencia, los resultados de las elecciones también determinarían cuánto tiempo más permanecerían en la República Dominicana la Fuerza Interamericana de Paz.

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