Redacción Centroamérica, 25 may (EFE).- Para un escritor, las editoriales pueden parecer en ocasiones una fortaleza inexpugnable, incapaces de hacerles llegar los manuscritos, una situación que según expertas del mundo editorial se resuelve muchas veces conociendo las claves del mercado, sus necesidades y códigos.
La mexicana Mayra González, directora literaria en la multinacional Penguin Random House, y la colombiana radicada en Nueva York Andrea Montejo, fundadora en 2007 de la agencia literaria Indent, participaron esta semana en Guatemala en el festival Centroamérica Cuenta, y en dos entrevistas por separado con EFE revelaron cómo el mercado editorial localiza nuevos autores, el modo de aproximarse.
La búsqueda de nuevos escritores
Andrea Montejo explica que en su agencia literaria, a la hora de elegir qué escritores representar, hay una “mezcla” entre aquellos con un perfil más consolidado y otros noveles.
El trabajar desde el inicio con un autor que está comenzando es lo que “más entusiasmo” le causa.
“Son proyectos que me llenan mucho porque me parece que es lindo armar una carrera desde cero y empezar a pensar y hagamos esto y lo otro y viéndolo crecer”, explica la fundadora de la agencia literaria Indent.
Mayra González, que representa a un gran grupo editorial como Penguin Random House, entiende que desde fuera siga existiendo la percepción de que apuestan más por autores consagrados, “pero, en realidad, cada vez los catálogos suman a más y más autores y autoras con sus primeras novelas”.
“Es algo que hemos comprendido muy bien las editoriales: el discurso literario se tiene que renovar continuamente; el nuevo intercambio intelectual y las conversaciones actuales tienen que formar parte de nuestros catálogos”, explica González.
Y es “que los sellos literarios, muchos de ellos y de las grandes editoriales, tienen una importante oferta de autores consolidados, porque, al menos en el caso de los sellos literarios de Penguin Random House, lo que buscamos son carreras y proyectos, no novelas aisladas; pero también es cierto que el entusiasmo por sumar voces a la impronta personal de cada editor y editora nos motiva a buscar, leer, indagar”, afirma la directora literaria.
Se trata “de encontrar a esas voces que serán las encargadas de continuar con la conversación libresca y que deberán entregar esta conversación a las otras generaciones que estén por venir”, subraya.
Consejos a un autor novel
González explica que lo que siempre comenta a los autores noveles “es que no teman a los premios literarios ni a los talleres”.
“Invito siempre a que participen en los premios literarios, porque, quizá no ganen (…), pero, para las editoriales, esas lecturas que hacen dictaminadores profesionales y jurados son faros que nos alumbran sobre, más allá del ganador o ganadora, qué otros textos les resultaron interesantes y, por ahí, se puede abrir una puerta”, dice.
Por otro lado, en relación a los talleres literarios, son “impartidos por gente reconocida (…) que tiene credibilidad en el medio editorial y que pueden, lo han hecho conmigo, hacer recomendaciones (…) Puedo decir que yo, tanto a través de premios como de recomendaciones, he podido publicar primeras novelas y comenzar el acompañamiento de carreras a las que les veo mucho futuro”, asegura.
Montejo tiene clara la vía más repetida a la hora de que le lleguen nuevos escritores: “Yo diría que la mayoría de las veces mi mejor fuente de nuevos talentos son mis mismos autores que nos conocen el gusto”.
La vía clásica, de escribir directamente a la editorial o al agente literario, tiene menos posibilidades de éxito ante la avalancha de propuestas de manuscritos que les llegan, “como 10 diarios, sería 50 a la semana”.
Entre ellos, a veces el descarte es rápido, porque “muchos, pero muchos muchos son personas que no se han leído la página web” y envían libros que no tienen nada que ver con su “enfoque”, por lo que es “muy importante que los autores entiendan un poco el mundo editorial”.
“Nunca jamás seré escritora porque me parece que es el trabajo más difícil del mundo (…), y cuando ya tienen un manuscrito salen a tocar puertas y se encuentran con este mundo que yo creo que desde afuera se debe de ver muy agresivo”, por lo que en sus talleres muestran “qué es lo que está pasando tras bambalinas”, dice.
También es clave aprender cómo presentarse ante un editor, si hay que ceñirse o no a las tendencias del mercado, cómo elegir la editorial que le “pega más y cuál no”.
“No se trata de tirar a todos lados, sino ser muy selectivo en a quién busca uno, cómo llegarle a esas personas de la forma más agradable, no acosarlas, muy de cómo funciona esta industria y que no sea como un monstruo que parece impenetrable”, afirma.
Además, está “la importancia de si quieres ser autor, pues ir y apoyar a otros autores, conocerlos, armar comunidad. Esas son las personas que te van a recomendar o que te van a leer”, asegura.
Y pide que también se comprenda a los que están del otro lado, “esos editores que están recibiendo todas esas cartas o esos e-mails, están al mismo tiempo escogiendo la portada del libro que está publicando, lidiando con ese autor, corrigiendo el texto”.
“La valoración de nuevo material es como (que) no debería decir la última prioridad, pero es un lujo cuando hay tiempo. Y eso ayuda también a mitigar un poco las angustias del otro lado”, explica Montejo. EFE