Esta modalidad responde a una filosofía que rechaza concebir a los animales como mercancías

Tras la búsqueda de la perfección, los seres humanos se someten a rigurosas dietas y estilos alimenticios que les permitan obtener cuerpos llenos de músculos definidos y sin los molestosos “rollitos”.

Las dietas son hábitos alimenticios conformados por los diferentes grupos nutricionales para crear un balance con las proteínas, minerales y fibras.

La especialista en nutrición, Lisbeth Mateo, explicó que las dietas ayudan a los seres humanos a mejorar su salud a través de la ingesta de comidas saludables.
Indicó que una de las dietas más populares en estos tiempos, es la vegana. Esta alimentación consiste en la abstención del uso de productos de origen animal en la alimentación, en conjunto con una filosofía que rechaza concebir a los animales como mercancías, ya sea para vestimenta, medicamentos, cosméticos, transporte, experimentación, ayuda en el trabajo o entretenimiento.

“Consiste en llevar una alimentación sólo a base de plantas. Este régimen excluye todos los productos de los animales, es decir, los lácteos y los huevos”, expresó la experta.

Precisó que existen excepciones puntuales, como el caso de las abejas, las cuales producen miel. Este producto es muy utilizado para aderezar las ensaladas y otras preparaciones.

Mateo dijo que la dieta vegana basa su alimentación solo en las plantas, en cambio, la vegetariana dependiendo de su clasificación, incluye en su dieta algunas proteínas de origen animal como los huevos, los lácteos y el pescado.

La galena manifiesta que al inicio de este plan alimenticio hay una pérdida de peso significativa, pero no porque no hay cárnicos, sino porque la cantidad de energía es menor.

Afirma, además que a las personas con ciertas condiciones de salud como son la hipertensión, diabetes, hipercolesterolemia y artritis, tienden a controlarles los síntomas de la enfermedad, generando en estas personas más energía para realizar actividades físicas y llenándolas de confianza para disfrutar de su alimentación al máximo.

No obstante, la nutrióloga aseguró que este régimen no aporta todox los nutrientes a quienes la utilizan, debido a la deficiencia de aminoácidos, es decir, de las proteínas de origen animal.

“Las dietas de origen vegetal, especialmente la vegana, tienen deficiencias de aminoácidos esenciales y son menos digestivos, por eso se dice que son incompletos, ya que estos aminoácidos provienen de la proteína animal. También algunos individuos pueden presentar deficiencias de algunas vitaminas y minerales, por lo que hay que suplementar”, dijo.

Las principales fuentes de proteína en la dieta vegana son cuscús, tampeh, lentejas, frijol, tofu, quinoa, semillas (girasol, calabaza, almendras), garbanzos y avena.

¿Cuál sería un ejemplo de una dieta vegana?

Desayuno: 2 rebanadas de pan tostado; 1 cucharada de mantequilla de maní, 1 banana y 3 fresas en rodajas; taza de pimientos y espinaca; 1 taza de jugo de naranja fortificado con calcio.

Almuerzo: 1 taza de quinoa; 1 taza de lentejas; 1 taza ensalada verde (lechuga romana, tomates chirríes, almendras, maíz); taza de tofu. 1 pera o manzana.
Cena: 3 tacos de lentejas (elaborados con lentejas, salsa de tomates enlatados, cebolla, apio y aceite de canola, servidos sobre tortilla de maíz suave/ duros con lechuga, tomate fresco, aguacate).

Meriendas: 1 taza yogurt de arroz; taza de moras o duraznos rebanados.

Lisbeth Mateo, Nutrióloga.

Recomendaciones para quienes quieren iniciar este tipo de nutrición

– Tener en cuenta que es una alimentación basada en plantas, es alta en hidratos de carbono (carbohidratos); debe elegir alimentos naturales, no procesados y de alta calidad (granos, semillas, vegetales, frutas).

– Cubrir los requerimientos de energía es crucial para obtener una nutrición apropiada y un rendimiento óptimo.

– Consumir grasas de origen vegetal como: aceites (oliva, canola, soja), nueces, aguacate, linaza, chía.

– Es esencial el énfasis en la inclusión de alimentos ricos en hierro, zinc, calcio, vitamina B12 y riboflavina.

– Visitar un especialista del área, nutriólogo o nutricionista, que le oriente y ayude a llevar un plan alimenticio adecuado, para evitar deficiencias en el organismo que posteriormente desarrollen enfermedades secundarias y pérdida de masa muscular.

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