Las restricciones de la pandemia disminuyeron la interacción social de los más chicos con sus pares, condición elemental para el desarrollo en edades tempranas.

Mucho han explicado los especialistas en estos más de dos años de pandemia a causa del COVID-19 sobre las consecuencias psíquicas y emocionales que la crisis sanitaria dejará en la población global. En ese sentido, los niños y adolescentes están entre los grupos más afectados, por la importancia que a esas edades adquieren los vínculos sociales.

Ahora, un reciente informe de la Oficina de Estándares en Educación, Servicios para Niños y Habilidades del Reino Unido (Ofsted, por sus siglas en inglés) alertó que “las restricciones del COVID han dejado a una generación de bebés y niños pequeños luchando por gatear y comunicarse”.

Es que sin dudas, si hay una población más vulnerable a la “nueva normalidad” que la pandemia impuso son los niños y adolescentes, que casi de un día para el otro vieron interrumpidos el contacto con sus seres queridos, y los vínculos con sus educadores y compañeros de estudio. En muchos casos no entendían por qué debían conformarse con verlos mediante una pantalla con conexión a Internet. Y en muchos otros casos ni siquiera hubo esa posibilidad.

“Los niños pequeños en guarderías tienen dificultades para hacer amigos, hablar y usar el baño de forma independiente -tal como relevaron los inspectores del organismo del gobierno británico-. Los niños no socializan tanto entre ellos debido a problemas de comunicación, carecen de confianza, son tímidos y ansiosos, y los bebés en particular no están acostumbrados a ver caras diferentes a las de sus padres”.

Y tras observar que “también hay retrasos en el aprendizaje de los bebés para gatear y caminar y algunos niños que lo habían logrado manifestaron retrocesos”, los expertos señalaron que “esto significa que al regresar a la guardería o jardín de infantes necesitaban ayuda con habilidades como ponerse los abrigos y sonarse la nariz”.

Según los especialistas británicos, “los retrasos en el desarrollo observados significan que es poco probable que estos niños estén listos para la escuela a la edad de cuatro años”.

“Desde el momento de la concepción misma comienza la formación del aparato psíquico y durante toda la infancia y la adolescencia continúa hasta la adultez, la cual seguimos desarrollando pero de diferente manera.

Durante este periodo crítico de la vida comenzamos a formar recursos emocionales que son nutridos por el ambiente familiar, y el social dentro del que se encuentran la escuela, los amigos y la sociedad en general.

 

Fuente: infobae

Posted in Destacado, EstiloEtiquetas

Más de destacado

Más leídas de destacado

Las Más leídas