Es probable que mientras conversas con otra persona experimentes que no presta atención

Sucedió que un día tuve la sensación de no ser escuchada. Hay momentos en los que tienes que hacer diligencias, hablar con personas o explicar un tema, lo que está ocurriendo es que no estamos prestando atención al otro y se está abriendo un camino hacia la desconexión, desinformación y desconsideración, tres palabras que inician con “des”, cuyo prefijo denota en latín “negación de la palabra simple a la que va antepuesto”.

Reflexiono y me pongo en el rol del receptor, percibo en esa persona un acto de generosidad cuando se toma el trabajo de comprender, asentir con la cabeza, de no interrumpir la idea y de concentrarse en la circunstancia sin distractores.

Maritza Castillo, especializada en el tema, sobre si cree que la gente está haciendo el intento por escuchar de forma activa a los demás, responde que aunque no existen fórmulas, hay factores que influyen en cómo tratar de implicarnos en lo que dice el otro mediante resúmenes y aclaraciones, lo que nos llevará a entender lo que está diciendo y sintiendo.

“Es un camino de aprendizaje que debemos practicar de forma abierta y sin prejuicios, sin juzgar, siendo capaces de pedir aclaraciones y reaccionar ante las discrepancias. La forma de percibir los sonidos en ilusiones auditivas es diferente dependiendo de quién esté escuchando”, explicó Castillo.

A seguidas indicó la diferencia entre oír y escuchar remitiéndose a expertos que aclaran que el audio viral es una cuestión del cerebro y no del oído. Cuando el cerebro recibe dos informaciones ambiguas decide procesar solo una de ellas, dependiendo si elige priorizar las frecuencias altas o bajas, por ejemplo, percibir una palabra u otra en un audio depende también de los auriculares que se tengan y no de la edad.

Castillo argumentó que desde el punto de vista de la comunicación, es importante ejercitar la escucha activa porque nos ayuda a promover una relación interpersonal donde interviene una correspondencia clara y efectiva con cualquier persona, obteniendo información y contenido relevante, es decir, la secuencia se reitera durante el proceso comunicativo hasta que termina la conversación entre las dos personas.

Tener los “oídos dispuestos” implica una actitud de firmeza, una orientación positiva para entender que nos dicen los demás, al tiempo que se les transmite respeto e interés. La comunicación con los seres humanos es un proceso continuo que ocupa un gran por ciento de nuestro tiempo útil, “sin escuchar es difícil vivir en sociedad y comunicarnos con el mundo exterior”.

“Del que recibe la conversación podemos entender que lo hace eficazmente cuando dirige la atención hacia las palabras del otro, analizando e interpretando lo que se quiere trasmitir; reuniendo las ideas y los argumentos empleados, acompañado con gestos de cara o movimientos corporales; preguntándose si un hecho constituye un dato importante y uniendo una idea con otra; pensando si lo que dice coincide con su propia experiencia, mostrándose atento para poder sacar su propia conclusión”.

Entonces, ¿qué valores se cultivan al prestar atención a los demás? “Toda interacción humana parte de forma ineludible de un acto de comunicación, una acción que nos define como personas, que dice mucho de ti y del ser que tienes delante”.

Acerca de lo que impide oír adecuadamente, Castillo dijo que existen muchas causas, aparte de que sencillamente no le interese lo que estás contando, es posible que esa persona sienta cansancio o tenga alguna preocupación que le dificulte prestar atención a lo que ocurre a su alrededor, que sus pensamientos se centren en cómo darte réplica o que las emociones le desborden en ese momento y no sepa cómo gestionarlas durante una conversación.

Sin destractores a la hora de conversar

Una idea sería conversar en un lugar eliminando los destractores, más tranquilo, pedirle al otro que deje el teléfono o quite la música. Si al interlocutor le cuesta trabajo escuchar por algún problema personal, sería recomendable que traten eso primero y después retomen la conversación; se puede redirigir la atención, hacer un breve resumen de lo que se estaba diciendo para que reanuden.

Cuando te escuchan te sientes comprendido e importante, con la autoestima alta. Prestar atención a lo que se oye es un arte valorado actualmente en todos los ambientes, tanto familiares como profesionales, porque evita conflictos, aumenta la productividad y permite conocer otros puntos de vista.

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