Así lo aseguró el doctor Josué Pichardo, debido a que un infarto puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo

En los adultos la causa más común de muerte súbita es la enfermedad coronaria, en su mayoría el infarto de miocardio, sin embargo, “no todo aquel que muere súbitamente es por un infarto de miocardio (corazón)”, aclaró el director de la Asociación del Instituto Dominicano de Cardiología, Josué Pichardo, en una visita a elCaribe. Además, resaltó que la palabra infarto es bueno que se aclare bien, “porque el infarto puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo”.


Según Pichardo, el término significa muerte celular. “Puedes tener un infarto en una pierna, cerebral, pulmonar… A veces se dice que fue un infarto de miocardio, lo que en algunos casos no corresponde, a pesar de que lamentablemente es la condición más delicada, más peligrosa, con la que el paciente tiene una alta tasa de complicación, hasta de fallecer”.

El doctor puso como ejemplo el paciente que hace un tromboembolismo pulmonar, una condición que puede debutar con una pérdida de conocimiento súbita al igual que el infarto de miocardio.

Señal del infarto al corazón

“La principal señal es dolor de pecho, pero hay personas que hacen infarto sin dolencia. Entonces, cuando van al médico y les hacen algunos estudios aparece esa memoria eléctrica en el corazón o un daño en la contractilidad (se refiere a la capacidad de acortarse y de generar fuerza del músculo cardíaco)”, dijo Pichardo.

Aunque la primera señal de un infarto es el dolor de pecho, “tampoco todo dolor de pecho es un infarto; eso confunde un poco. Pero, debe ir al médico para definir cuál es la situación”.

“Los dolores del corazón relacionados a un infarto tienen características específicas, por ejemplo, es opresivo en el centro del pecho que, regularmente, dura entre 10 y 20 minutos. Tiende a aparecer con la actividad física y a desaparecer cuando se está en reposo”, resaltó.

¿Por qué?

“El dolor aparece cuando exiges que el corazón dé más, y si hay una arteria obstruida, no hay forma de cómo nutrirlo, darle sangre”, señaló Pichardo.

No obstante, hay personas que tienen enfermedades ateroscleróticas fija, muy severa donde “el paciente no necesita hacer ejercicios para desencadenar el dolor, ya que la obstrucción es tan marcada que acostado le puede dar un infarto”.

Si el paciente presenta dolor opresivo, que le aprieta el pecho como si tuviera un ‘block’, y ese dolor emigra hacia el brazo izquierdo… a la mandíbula, “ponle atención, porque en los infartos hay una palabra clave y es que el tiempo es músculo. Es decir, que cada minuto cuenta”.

Cuando se logra hacer una intervención a tiempo, es mejor. De lo contrario, se irán dañando las células, y por tanto, el deterioro al corazón es mayor, manifestó el galeno. “Ese será un paciente que a futuro va a desarrollar una debilidad en el corazón que se llama falla cardiaca. Comienza a tener trastorno de la contractilidad, y eso va hacer que el bombeo de la sangre no sea efectiva”, puntualizó.

Incidencia de los infartos

Según el cardiólogo: “Hay una incidencia importante de los infartos que se dan en las primeras horas de la mañana (de 5:00 a 6:00 de la mañana). Todo va a depender de la causa, la estrechez o la enfermedad coronaria que se haya desarrollado en esa persona”, dijo Pichardo.

Probabilidades de que repita

Después que un paciente sufre un infarto, las probabilidades de que se repita son muy altas. “Le puede repetir infinitamente hasta morir, porque ya tiene una enfermedad aterosclerótica demostrada (acumulación de la placa de ateroma en las paredes de las arterias que ocasiona la obstrucción de la irrigación sanguínea)”.

“Si tengo un infarto y se demostró que en la arteria coronaria izquierda había una lesión importante, hay que ver cómo está el circuito, la arteria coronaria derecha y sus ramas, para si hay una enfermedad, ir un paso adelante. Destapo la arteria o doy tratamiento médico preventivo muy agresivo; cambio el estilo de vida de esa persona para evitar que me vuelva a hacer otro infarto, porque cae en un rango de muy alto riesgo”, indicó.

En ese paciente identificado, el médico tiene que hacer intervenciones tanto médicas-farmacológicas como aquellas de cambio de vida: alimentación, actividad física, médico… “en ese contexto existe lo que es prevención secundaria”.

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