Aunque durante un tiempo se llamó oficialmente Freedom Tower (Torre de la Libertad) y aún se le conoce con ese nombre en la calle, el One World Trade Center es el número uno del complejo World Trade Center, edificado donde estaban las Torres Gemelas. De hecho, One World Trade Center era el nombre de una de ellas, la primera torre atacada el 11 de septiembre de 2001.

One World Trade Center, con una altura de 1776 pies, es considerado el rascacielos más alto de la ciudad de New York, incluyendo su antena. Ubicado en el Distrito Federal de la ciudad, el One World Trade Center está conformado por 104 plantas. Desde la 100 hasta la 102 cuenta con un asombroso mirador, desde cuya plataforma se puede observar una espléndida panorámica de 360 grados de la ciudad de Nueva York y sus alrededores, apreciándose todos sus lugares emblemáticos.

Hacia el norte, ofrece vistas panorámicas de la isla de Manhattan; hacia el este, Queens, Long Island, Brooklyn y sus puentes Williamsburg, Manhattan, y la majestuosidad del puente Brooklyn. Hacia el suroeste la Estatua de la Libertad y Ellis Island; la vista al oeste ofrece la inmensidad del río Hudson y partes del estado de Nueva Jersey. Se trata del mirador del WTC.

Llegar hasta allí constituye un paseo distinto. El rascacielos se inauguró en el 2014, como un edificio de oficinas. Al año siguiente quedó inaugurado el Observatorio. La determinación de su altura representa el año de la Independencia de los Estados Unidos (1776). Según los entendidos, el WTC simboliza la fuerza, el optimismo y la fe de los americanos, particularmente después de la tragedia del 9/11. Se escogió una fecha especial para colocar la primera piedra, 4 de julio, 2004.

Si optamos por visitar el Observatorio, el ascenso hacia la cúspide resulta una experiencia singular. En menos de un minuto los ascensores nos llevan a la planta 102 y durante el trayecto las paredes internas del elevador proyectan virtualmente la historia de la ciudad desde 1600 hasta la actualidad. Allí se pueden ver los inicios de Manhattan, los puentes y sus emblemáticos edificios, hasta la desaparición de las Torres Gemelas en 2001. En apenas 60 segundos vemos cómo fue transformándose la ciudad de Nueva York, hasta llegar al hoy. Un ligero balanceo se experimenta mientras el ascensor se eleva a la velocidad de un rayo.

Es considerado uno de los elevadores más veloces del mundo. Algunos experimentamos el taponamiento de los oídos debido a la altura. El visitante tiene la opción de guías durante el recorrido al Observatorio, pero quienes, como yo, prefieren hacerlo por su cuenta, disfrutan la experiencia como algo extraordinario y singular. Ubicado en el Distrito Financiero de la ciudad, este edificio y su Observatorio constituyen hoy uno de los más concurridos en la ciudad de Nueva York, no solo por turistas, sino también nacionales. El tiempo de visita al Observatorio no tiene límites, lo ideal es llegar antes del atardecer para apreciar la espléndida puesta del sol, detrás del río Hudson. Mientras que en su cúspide se ubica el Observatorio, justo a los pies del One World Trade Center se encuentra el National 9/11 Memorial un lugar pensado para recordar a las víctimas del atentado ocurrido el 11 septiembre de 2001.

Y como si de una pausa se tratara, las dos fuentes levantadas sobre los cimientos de las Torres Gemelas, por su significado, en memoria a las víctimas, invitan a la solemnidad, al recogimiento y la reflexión, aun en medio de la vida agitada y frenética que caracteriza a Nueva York. En el marco de las impresionantes fuentes fueron plasmados los nombres de todas las víctimas que perecieron en aquel trágico día. La fuerza y la unión conviven en el ánimo de quienes le visitan, aún seamos extranjeros.
El diseño de la muestra arquitectónica de impresionante aspecto pertenece a Reflecting Absence Libeskind. En este edificio se tomaron medidas extremas de seguridad. Está construido en un acero especial, que tiene propiedad de protección contra incendio, y las ventanas de las primeras plantas son de vidrio endurecido especialmente para no romperse en caso de explosión, aseguran sus promotores.

Su sistema de ventilación es contra gases tóxicos y las salidas de emergencia son más anchas de los estándares. El One World Trade Center cuenta en su planta baja con un moderno centro comercial que acoge las firmas más representativas del comercio internacional, así como puestos gastronómicos. Vale indicar que en sus alrededores, una opción gastronómica la constituye el nuevo Eataly. Un café restaurante con un mercado al más puro estilo italiano. Las opciones son diversas, desayunar, almorzar o cenar. En un ambiente bastante casual se consigue una riquísima y extensa gama de panes (con cereales, higos, pasas…) todas las opciones de café (expreso, capuchino…) pizzas, pastas, risottos, en fin, para todos los gustos. Si visita a la Gran Manzana, no se pierda el variado repertorio que ofrece esta excelente oferta. De seguro quedará encantado.

Desde el punto más alto del edificio se puede observar toda la ciudad de New York.

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