El cambio climático, los hábitos alimentarios y la higiene tienen un impacto directo sobre el incremento de las alergias
Según datos de la OMS, las alergias están entre las seis patologías más comunes y son una de las enfermedades crónicas más frecuentes entre los niños.
En esta temporada, la región se encuentra en un período de transición, se puede experimentar calor y luego fresco en las noches o las madrugadas, y a veces muchas lluvias. Por estos contrastes climáticos, síntomas como estornudos, dolor de cabeza, malestar general, congestión nasal, tos que degenera en ronquera y dolor de garganta, se pueden volver comunes actualmente.
Las personas alérgicas sufren mucho con estos cambios de temperatura, así como aquellos que ya tienen una enfermedad base, manifestó el doctor Luis Reyes, epidemiólogo del Hospital Infantil Robert Reid Cabral.
“El moho, el polen, la caspa de mascotas y los ambientes contaminados y húmedos influyen de manera especial en el padecimiento de alergias”, expresó Reyes.
Factores
También existe una serie de factores externos como el cambio climático, los hábitos alimentarios o la higiene que tienen un impacto directo sobre los casos de alergia, sostienen varios estudios médicos.
Por ejemplo, el cambio climático conlleva temperaturas más cálidas, períodos de polinización más largos, hecho que incrementa el número de pacientes afectados por alergia. Asimismo, la contaminación atmosférica también incide de manera directa en la aparición de esta afección.
Otro de los factores a tener en cuenta son los hábitos alimentarios de la población. El consumo de frutas y verduras ha disminuido a favor de productos procesados, lo que ha alterado nuestra flora intestinal y produce que nuestro organismo reaccione, en forma de alergia, ante estas nuevas sustancias.
Además, hay investigaciones que apuntan a la conocida ‘teoría de la excesiva higiene’ como causante del aumento de casos de alergia, es decir, una menor exposición a los gérmenes, así como el exceso de tratamientos antibióticos, que también debilita nuestro sistema inmunitario, que reacciona ante determinadas sustancias como si se tratara de una amenaza.
Los alérgenos más comunes
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen diversos tipos de alérgenos, entre los que se encuentran:
Las alergias al polen, un tipo de afección estacional que depende de la época de polinización; ésta provoca rinitis alérgica (también conocida como fiebre del heno) o inflamación de la mucosa nasal, y causa congestión y goteo nasal.
Por otro lado, en los colchones, mantas, almohadas, sábanas y sofás se encuentran los ácaros, arácnidos que se alimentan, principalmente, de células muertas de la piel humana y animal. La alergia a los ácaros produce generalmente rinoconjuntivitis y asma.
Los ambientes cálidos y húmedos suelen provocar alergias. Los pacientes afectados suelen manifestar síntomas como estornudos, dificultad respiratoria o conjuntivitis.
Asimismo, determinadas sustancias derivadas de la piel o del pelo de algunos animales son responsables de varias manifestaciones alérgicas. Todos los animales de sangre caliente, como perros o gatos, presentan este tipo de alérgenos en la caspa. Esta alergia causa problemas respiratorios en forma de rinitis o asma.
De igual forma, los alimentos como la leche de vaca, el huevo, el marisco o los frutos secos pueden producir síntomas muy variados, entre estos: digestivos, como vómitos o dolor abdominal; respiratorios, como asma, tos o rinitis; o cutáneos como edema o dermatitis atópica. Además, pueden causar reacciones anafilácticas o afectación general con caída de la tensión arterial. No debemos confundir las alergias alimentarias con las intolerancias alimentarias.
Y por último, los fármacos como los antiinflamatorios, los analgésicos y ciertos antibióticos producen la mayoría de casos de alergia a los medicamentos.
Síntomas
Sarpullido, piel escamosa, con ampollas e inflamada, así como estornudos, son algunos de los síntomas que puede presentar una persona afectada por algún tipo de alergia.
