Según Diego Sadler, cardio-oncólogo de Cleveland Clinic Florida, muchas de las terapias utilizadas para tratar el cáncer de mama, como la quimioterapia, radiación y la terapia hormonal, pueden afectar, a largo plazo, el riesgo cardíaco de los pacientes.
La supervivencia del cáncer de mama ha mejorado a lo largo de los años debido a terapias innovadoras. Sin embargo, algunos tratamientos pueden dañar el corazón. “Factores preexistentes, como la hipertensión, la diabetes o condiciones genéticas, afectan a los sobrevivientes de cáncer de mama de manera similar a como afectan a la población en general; sin embargo, haber sido sometido a ciertas terapias contra el cáncer puede poner a estas personas en un riesgo aún mayor de padecer enfermedades cardíacas”, explica Diego Sadler, cardio-oncólogo de Cleveland Clinic Florida.
“Afortunadamente, el porcentaje de pacientes afectados por estos tratamientos es relativamente pequeño. Además, hoy en día existen sofisticadas modalidades de imagenología que permiten la detección temprana y el tratamiento de la enfermedad cardíaca resultante del tratamiento para el cáncer de mama”, agregó el galeno.
Thomas Samuel, oncólogo de mama de Cleveland Clinic Florida, sostiene que es particularmente importante estar consciente del riesgo de padecer enfermedades cardíacas. Dice que muchas de las terapias utilizadas, incluidas la quimioterapia, la radiación y la terapia hormonal, pueden afectar el riesgo cardíaco del paciente a largo plazo.
“Otros medicamentos de uso común para el tratamiento del cáncer de mama, como trastuzumab (Herceptin), también pueden contribuir a los problemas cardiovasculares en el futuro, por lo que los pacientes deben estar conscientes de los riesgos”, dijo.
Además, para las mujeres, la terapia de radiación en el área del tórax puede aumentar el riesgo de padecer una enfermedad cardíaca porque el tratamiento se administra en las proximidades del corazón.
También es importante saber que algunas terapias utilizadas en el tratamiento del cáncer de mama tienen el potencial de causar enfermedades cardíacas luego de muchos años, incluso décadas, después del tratamiento. Por esta razón, el monitoreo que permite detectar y tratar a tiempo puede ofrecer mejores resultados cardiovasculares.
Aunque la cardiotoxicidad puede poner en peligro la vida, a menudo se puede manejar efectivamente con medicamentos y tratamientos mínimamente invasivos. Por ejemplo la cardio-oncología, una especialidad relativamente nueva, se enfoca en el efecto que los tratamientos contra el cáncer tienen en el corazón. “Las técnicas de terapia de radiación de hoy son muy seguras y localizadas, y están diseñadas para evitar cualquier daño significativo al corazón”, dijo el doctor Samuel.