¿Y si Cecilia hubiese cumplido 75 años?
¿Y si Cecilia hubiese cumplido 75 años?

Madrid, 10 oct (EFE).- «Si escribió tan buenas canciones en tan pocos años, qué habría pasado si no hubiésemos estado sin ella estos años», declaró Víctor Manuel en un homenaje relativamente reciente a Cecilia, un pensamiento recurrente en torno a quien este miércoles hubiese cumplido 75 años de no ser por un fatal accidente.

Hija de un padre marino, diplomático y alto funcionario del Estado, gozó de una educación cosmopolita que le dio una perspectiva vital moderna en una España en blanco y negro, así como conocimiento de artistas extranjeros como Simon & Garfunkel, uno de cuyos temas le sirvieron para elegir su alias artístico (el cual coincidía casualmente con el de la santa patrona de los músicos).

Evangelina Sobredo Galanes (Madrid, 1948) era una estrella cuando perdió la vida en un accidente de coche un 2 de agosto de 1976, con 27 años, la misma edad maldita que se llevó por delante a otros genios de la música como Jimi Hendrix, Janis Joplin, Kurt Cobain o Amy Winehouse.

Para entonces, y pese a su corta carrera artística, se había convertido en una figura capital de la canción de autor española, primero porque la modernizó musicalmente desde una perspectiva anglosajona y, segundo, porque anticipó temáticas tan contemporáneas como el feminismo o la ecología.

«Pese a su candidez, tenía mucho carácter y muchas vulnerabilidades. No se planteaba ser una estrella de la música y lo fue a su pesar», contaba José Madrid, autor de su primera biografía, «Equlibrista», publicada en 2011.

La agudeza y el clarividente trasfondo de sus canciones les ha permitido sobrevivir también a los años y radiografiar la sociedad actual pese a haber sido escritas hace ya medio siglo.

 Una avanzada a su tiempo

Con «medias verdades» y cambios sutiles esquivó a la censura, como cuando en «Dama, Dama» arremetió contra el falso puritanismo a través de una mujer «de alta cuna y baja cama» con problemas para cumplir el sexto mandamiento, el que prohíbe cometer «actos impuros», y no el tercero, el que obliga a «santificar las fiestas», como estuvo obligada a cantar entonces.

Solo muchos años más tarde llegaron a ver la luz las versiones originales de algunos de esos temas, como «Fauna», uno de los primeros, en los que volvía a criticar de manera mordaz la hipocresía de la alta sociedad a través de unas cotorras que, en realidad, estaban «recién comulgadas» y no «reconciliadas».

Originalmente tres fueron los discos de estudio de éxito que llegó a grabar, amén de dos sencillos y un álbum recopilatorio titulado como la canción que la llevó a representar a España en el Festival de la OTI, «Amor de medianoche» (1975).

En aquellos «Cecilia» (1972), «Cecilia 2» (1973) y «Un ramito de violetas» (1975) abordó temas como la liberación femenina, el suicidio, la ecología o la Guerra Civil española, cuestiones polémicas para una España sumida aún en el franquismo.

Miguel Bosé, Julio Iglesias o Amaral son algunos de los muchos artistas que a lo largo de los años han seguido cantando sus canciones, como «Nada de nada», «Desde que tú te has ido», «Nana del prisionero» o «Fui».

Fue una gran contadora de historias que la tocaban de cerca y construyó imágenes de gran poesía a través de un lenguaje cotidiano, como en «Un ramito de violetas» o «Llora», su personal visión del papel de la mujer entonces.

Mística sin religión, admiradora de los Beatles (a ellos les dedicó su primer sencillo, «Reuníos»), forjó un grupo de amigos que han seguido recordándola con los años.

Sobre ella escribió el este martes Luis García Montero, director del Instituto Cervantes: «Era una huella última del existencialismo francés, pero pasada por la energía de la música norteamericana. Su muerte dejó a muchos de mis amigos sin hermana mayor». EFE

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