La historia no se borra. Y nadie, aunque quiera y tenga todos los poderes, está en capacidad de tergiversar los hechos que forman la historia.
Las citadas líneas, que sirven de “lead” a este artículo que lo divido en siete entregas, es a propósito del contenido reseñado en el libro que con el título Balaguer y Bosch -Los grandes rivales de nuestra historia reciente- escribió el veterano periodista Miguel Guerrero.
La obra, cuyo prólogo es de la pluma del distinguido jurista Milton Ray Guevara, fue puesta en circulación el pasado 15 de abril de este año (2025) en uno de los salones de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU).
Estuve en el acto, adquirí un ejemplar del libro y hace una semana que terminé de leerlo. Su volumen es de 257 páginas con algunas ilustraciones (fotos de Joaquín Balaguer, Juan Bosch, José Francisco Peña Gómez, Leonel Fernández, Jacobo Majluta, Miguel Guerrero, Jimmy Carter…).
Mientras leía la obra, con ojos bien abiertos, observaba que al final la verdad de la historia política que abarcó a Joaquín Balaguer Ricardo, no iba por buen sendero. O por buen sendero para la credibilidad.
En efecto, al autor le faltó narrar -con objetividad- los hechos que normaron el proceder político de Balaguer quien gobernó el país por 22 largos años.
En ocasiones se observa que Guerrero, en sus relatos sobre la vida política e intelectual de Balaguer, más bien es el biógrafo del líder histórico del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) quien fue un “enamorado” del poder y, desde luego, un despiadado rival de sus adversarios políticos.
Guerrero, como zorro periodista, trata en su obra de esconder la realidad que vivió el pueblo dominicano en los terribles tiempos de Balaguer, en especial durante su régimen de aquellos fatídicos y nunca olvidados 12 años (período 1966-1978).
Como vivimos en un país normado por la llamada democracia representativa donde (¡Oh democracia dominicana que con tanta sangre llegaste!), el debate de las ideas está vigente.
El choque de opiniones -en todos los segmentos de nuestra sociedad- forma parte de lo que podríamos llamar como “la lucha de contrarios” en la que cada quien expone lo que cree correcto y que se abraza a la vedad.
A esa verdad a la que tanto me refiero en mis artículos y libros. Revelo que trabajo precisamente en una nueva obra (ensayo) en la que el vocablo verdad ocupa un amplio espacio.
Juan Bosch y Joaquín Balaguer son históricos referentes de la política nacional. Entre ellos hubo diferencias políticas. Pero diferencias que no fueron tan “duras”, como equivocadamente las presenta Guerrero.
Continuará…