Debo señalar, y creo que no peco de ser hiperbólico, que es lamentable que un periodista de tantos vuelos como Miguel Guerrero -bien valorado y reconocido por su larga estancia profesional en los medios noticiosos del país- haya dejado en el olvidado los hechos reales que registra nuestra historia. Los hechos que ni el implacable tiempo los puede distorsionar.
¿Qué le habrá pasado a la excelsa pluma de Miguel Guerrero que desdeña los hechos provenientes de la historia reciente?
Insisto: Nuestra reciente historia, como lo asienta -y se resalta en el título- el propio autor en su obra.
El laureado escritor y calificado comunicador con casi seis décadas de ejercicio profesional, debió anotar, porque es una realidad política e histórica que tiene que conocer la nueva generación dominicana, que en el gobierno de Balaguer, “agenciado” por los fatídicos 12 años (inolvidable período 1966-1978), se cometieron decenas de asesinatos, crímenes, encarcelamientos y deportaciones. ¿O es mentira?
En el libro Guerrero ni siquiera hace alusión a los asesinatos cometidos contra sus colegas -impolutos periodistas- Orlando Martínez, Gregorio (Goyito) García Castro y Narciso “Narcisazo” González.
Narcisazo fue asesinado en 1993, cuando Balaguer estaba en su nueva administración en el Palacio Nacional, tras haber ganado (¿?) las elecciones de 1990.
Después de 32 años del horrendo crimen, el cadáver de Narcisazo, que también era catedrático de la UASD, todavía no aparece. ¿O es mentira?
Guerrero, en referencia al sangriento régimen de los 12 años, debió reseñar, y al no hacerlo su texto falta a la objetividad histórica y a la normativa del periodismo, que Balaguer permitió que operaran las llamadas “Fuerzas Incontrolables” -así, con el cinismo que le caracterizaba y que manifestaba con asiduidad- bautizó a esos grupos criminales.
Se vivió una época matizada por crímenes sin control y que puso en zozobra a toda la sociedad dominicana.
Guerrero trata con “suavidad” a Balaguer al tiempo de que anhela que la lectoría de su obra acepte que el líder del PRSC entabló una rivalidad “tenaz” con Juan Bosch.
Como lo comentó el estelar periodista José Alduey Sierra, quien desde hace más de tres décadas reside en Nueva York, “Bosch nunca fue un opositor real de Balaguer. Ni siquiera en los peores tiempos de sus mandatos. Más bien Bosch fue un crítico tibio de la criminalidad y de los desmanes que aterrorizaron al país en la violenta época política de Balaguer”.
Correcto. La verdadera rivalidad política -como lo explico en otras entregas- fue protagonizada por Balaguer, José Francisco Peña Gómez, los grupos democráticos, sindicales, obreros, campesinos, estudiantiles y de la izquierda. ¡La verdad histórica no se debe ocultar!
Continuará…