Hay crímenes que por sus características resulta difícil encontrar las palabras exactas para describir el carácter cruel, horrendo y despiadado con que fueron cometidos. Así es en el caso del niño de ocho años que fue torturado y salvajemente golpeado hasta causarle la muerte en Verón, La Altagracia. Hay que tener un corazón insensible y totalmente deshumanizado para cometer tal barbarie como acaba de confesar la autora de la mortal agresión, que es nada menos que una tía a quien el padre del niño había confiado su cuidado. Un video que circula en las redes estremece el espíritu y la memoria del pequeño, revictimizado de esa forma.

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