Bajo la ley 589-16 de Sistema Nacional para la Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional, a estas alturas deberíamos tener políticas públicas de educación nutricional. El gobierno anterior dejó planes o esbozos de planes; actualmente no se conoce de idea o estructuración oficial para educar a la población sobre cómo debe comerse y por qué. Durante alzas de precios de productos básicos funcionarios por cuenta propia recomiendan supuestos sucedáneos, como están ahora en cuanto a pan, pollo y cerdo, algo impopular e inútil. Lo que necesitamos es gobernante que asuma que el Estado debe trabajar para fomentar alimentación sana y económica. Entretanto, el sobrepeso es ya problema desde la primera infancia: 8 % en menores de 5 años.

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