Tras visitar dos veterinarios y descartarlos por razones de presupuesto, casualmente nos topamos con la recomendación de una profesional consciente. “Trabaja por vocación”, nos aseguró la informante y fue absolutamente correcto. Mi gata recibió buena atención a un precio costeable; está en vías de recuperación ahora. Concluido el trance, me sonrío de otra experiencia que me muestra la diferencia de elegir el amor al actuar, en vez de conducirnos bajo la influencia de emociones negativas, cual miedo, preocupación, frustración, incertidumbre, falta de fe. Surgen los recursos, se despeja el camino. Emociones negativas, en cambio, nos predisponen; fomentan pesimismo, inactividad, desaliento, cierran la creatividad. Por fortuna reaccioné y prevaleció la consciencia. El amor venció y sembró su fiel recompensa de felicidad.

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