Ministros de Educación van y vienen pero nuestro país continúa sin elevar la calidad de la educación. La última historia en cuanto a conducción de la cartera educativa ha sido Roberto Fulcar, quien no estaba en el cargo por su idoneidad o competencia sino por el papel que desempeñó en la campaña de Luis Abinader. El gobernante finalmente lo destituye tras dos años controversiales, otro más para la lista de los que han pasado por el ministerio que tiene la distinción de recibir el mayor presupuesto de todos. Concluida entonces la “era” Fulcar, las esperanzas están cifradas ahora en el nuevo titular, Ángel Hernández. Supuestamente vamos ganando ya por su condición de verdadero académico y técnico.

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