El miedo y la tristeza paralizan y estancan. Aunque están fuera de nosotros, nos controlan fuertemente porque los radicamos en nuestras mentes.

Tienen la misma causa, pero la tristeza apunta al pasado por algún evento que nos afectó, mientras el miedo señala al futuro, temiendo las pérdidas que pueda traer ese suceso. Pese a que ambos nos perturban, los mantenemos divagando en nuestras mentes.

Si asumimos una actitud positiva y de vencedores, asimilamos que en la vida también se gana, que vivir es bueno y apreciamos que la tristeza tiene su causa en algo que ya pasó. Una mente positiva, trae mejores experiencias por vivir.

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