En principio hay que ser receptivos con cuantas iniciativas sean emprendidas para tratar de buscar soluciones o cuando menos alivios, a los crecientes problemas del diario congestionamiento vehicular en el Gran Santo Domingo. Pero en provecho de que estos proyectos tengan algún grado de efectividad, hay que señalar la necesidad de que se orienten de forma tal que puedan concretarse, aunque sea gradualmente. Durante décadas se han hecho cientos de seminarios y diagnósticos y poco o nada se ha avanzado. Ahora la cuestión parece ir en grande con un gran foro nacional. Con las mismas vías y cada vez más vehículos, el desafío es enorme pero – creamos- no imposible. Veremos.

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