Siguiendo la ya célebre práctica de poner nombres de animales a operaciones contra la corrupción, el crimen y el delito en todas sus vertientes, ahora nos llega como “Caimán” -tenía que ser-, el golpe que las autoridades antinarcóticos asestaron al narcotráfico en la región sur. Hay que saludar que se haya desarticulado una estructura criminal de amplio espectro y envergadura, conforme el informe oficial ofrecido. Sin embargo, es de esperar que la recopilación de pruebas y evidencias sean firmes para que la justicia pueda efectivamente establecer penas y responsabilidades. Importante también ver los remanentes; el crimen organizado tiene múltiples tentáculos que impulsa y rehabilita con poder económico y complicidades.