Si los salarios de los profesores de la UASD han estado congelados durante los últimos cinco años, en ese ínterin ha habido inflación, incluyendo la reciente, la de la pandemia, de carácter extraordinario. Lo que exigen los académicos no es estrictamente aumento, sino indexación salarial, algo de rigor en todo el mundo, pues la tendencia normal y económicamente “sana” es que anualmente se registre determinado porcentaje de inflación. El reclamo salarial de los académicos es legítimo en ese sentido, pero pretender mejora salarial en medio de la actual crisis, donde estamos llamados todos a sacrificarnos y tener empleo y salario asegurado, el caso de los profesores uasdianos, es virtualmente un privilegio, es inoportuno y moralmente inaceptable.

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