Cada dos años se cambia el antiguo “jefe”, hoy director de la Policía Nacional. Así está establecido legalmente y es parte de la dinámica de nuestro país. Transcurrido el mandato del anterior y en medio de quejas por el alto índice de delincuencia, tenemos al mayor general Ney Aldrin Bautista como nuevo director policial. Lanzó –nada nuevo- enérgicas advertencias contra los delincuentes al posesionarse del cargo. Nuestro problema de delincuencia no es cuestión de quién esté a la cabeza de la Policía, por supuesto, sino algo más profundo. Sin embargo, un nuevo director representa un nuevo comienzo y nuevas expectativas. Su éxito es el de toda la sociedad así que hay que esperar por su mejor desempeño y confiar. Veremos.

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