La Suprema Corte de Justicia de Colombia sometió a prisión domiciliaria al ex presidente Álvaro Uribe por presunto intento de soborno a maleantes en la cárcel para incriminar a uno de sus adversarios políticos. Algo sin precedentes en la historia reciente del país, destacado por medios internacionales como muestra de independencia de la justicia colombiana: que nadie, por poderoso que sea, es intocable. Nosotros por nuestra parte seguimos soñando con una justicia independiente. Está claro que para ello se necesitan fiscales y jueces sin filiación partidaria, pero también que tengan carácter y firmeza. Para perseguir y sancionar la corrupción gubernamental, demanda nacional, necesitamos, para comenzar, Procurador General no solo independiente –políticamente-, sino que tenga también aquellos atributos. Son la “independencia”.

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