El acoso sexual, típicamente de hombre a mujer en nuestra cultura, es algo que ha estado siempre presente. La diferencia es que ahora se tiene el valor para denunciarlo y se ha hecho visible, parte de estos nuevos tiempos que estamos viviendo, en que las mujeres nos empoderamos más y más, y tradicionales actitudes machistas son ya cuestionables. En esa misma línea está lo de los abusos sexuales cometidos por sacerdotes y clérigos contra menores. Ese es otro mal que estuvo siempre presente, pero que se encubría, callaba y toleraba y ahora se ha dicho “basta” y se denuncia y somete a los autores a la justicia, con el correspondiente escándalo para Iglesia y sociedad. Cuestión de mayor conciencia ciudadana.

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