Una dieta cargada de carbohidratos refinados, grasas saturadas y azúcares agregados, como lo es la dominicana, es una dieta inadecuada, por no decir mala, según la definición de la Organización Mundial de Salud (dieta que supone algún desequilibrio en nuestra salud). Contribuye significativamente al aumento de peso y resistencia a insulina, que lleva al desarrollo de diabetes. Sucede que ahora tenemos mayores índices de sobrepeso y obesidad por esa mala dieta, más sedentarismo y predisposición genética, lo que representa un desafío sanitario para el país. La cuestión es si enfrentaremos el desafío, si nuestros gobiernos se tomarán en serio dar educación nutricional y promover alimentación saludable, o lo seguimos ignorando.