Dicen que “después que el golpe está dado, nadie lo quita” o “derramada la leche, ya no valen lamentaciones”, en referencia a una acción o decisión de que nos arrepentimos, pero que es un hecho irreversible y no hay nada que hacer al respecto. Cuando no existía el Tribunal Constitucional ese era el caso de toda ley que promulgara el Poder Ejecutivo. Desde 2010 contamos con esa instancia para el caso de leyes promulgadas, pero de constitucionalidad o factura cuestionable, como la que crea la Dirección Nacional de Inteligencia. Dado que el presidente Luis Abinader no tuvo el tino de no promulgarla, todos los caminos conducen a la alta corte.

Posted in Buen Oficio

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas