Somos un país pequeño, pero con un congreso bicameral, algo impropio de países pequeños y, además, de membrecía excesiva (segundo país de Latinoamérica con más legisladores por habitante). Concomitantemente, tenemos más provincias que países mucho más grandes y uno que otro legislador, no conforme con eso, sale ocasionalmente con la idea de crear una nueva demarcación. Todos sabemos que la lógica a que eso responde es crear puestos de trabajo para los políticos. Lo ideal sería reducir el número de legisladores, así como sus irritantes privilegios. Nos ahorraríamos un buen dinero que podríamos emplear en otras cosas. Pero, es el interés del país, no el de los políticos.

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