En Estados Unidos se ha sentado un tremendo precedente en el principio de la responsabilidad individual cuando se cometen crímenes sin que haya asociación de malhechores. Por no impedir que su hijo cometiera un tiroteo masivo, los padres del jovencito Ethan Crumbley, quien en 2021 mató a balazos a cuatro compañeros de estudio en una escuela de Oxford, Michigan, fueron condenados a 45 años de cárcel por homicidio involuntario. Fueron hallados culpables de ignorar señales de alarma en la conducta del autor de la masacre. Esto llama a reflexión de los padres de todas las latitudes sobre su responsabilidad de dar seguimiento al comportamiento de sus hijos y prevenir hechos lamentables.

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