Como Alexis y Magaly Medina, otros hermanos del expresidente Danilo Medina, así como cuñados, primos, sobrinos, o estaban en la nómina estatal o eran privilegiados proveedores del Estado, con lo que podrían ser también acusados de corrupción, eventualmente. En todo caso, solamente serían condenados si se les prueba delito. No toda mala conducta es violación de la ley y así penalmente sancionable. Entonces, mientras abogamos por fin de la impunidad, que la Justicia actúe como corresponda, debe considerarse seriamente la cuestión de nuestro presidencialismo, prodictatorial. Debido a él ningún poder o instancia públicos controlan ni intervienen en el hecho de que familiares directos del Ejecutivo ocupen puestos relevantes en el Gobierno. Algo tremendo, demencial; debemos instaurar freno institucional consistente. l

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