La hipertensión, gran problema de salud en nuestro país, tiene multitud de causas, divergentes entre las distintas poblaciones. Algunas de las variaciones observadas son resultado de los diferentes hábitos alimentarios. El más conocido, el relativo al consumo de sal (cloruro de sodio), que puede influir en las cifras de presión arterial de hipertensos y normotensos. Otra influencia es la obesidad. El control del peso ayuda a reducir la presión arterial en personas con sobrepeso. En ese sentido, la modificación de los hábitos alimenticios generales puede servir para regular la presión arterial. Cambio ordenado en la alimentación: régimen rico en frutas, vegetales, disminución de las grasas, moderación en el consumo de alcohol, en ocasiones puede sustituir la farmacoterapia.

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