Si al exprocurador general Jean Alain Rodríguez les son comprobados en juicio los cargos de peculado que le imputa el Ministerio Público-, estaremos frente al extraño caso de corrupción administrativa de un procurador bueno, eficiente. Se esperaba que Rodríguez fuera perseguido bajo sospecha de proteger políticos corruptos; corromperse en casos de narcotráfico; faltar al debido proceso, etc. Ahora vemos que no es por nada de eso, sino desvío de fondos públicos. A menos que fuera su caso una moderna versión nacional de Al Capone (mafioso y asesino pero encarcelado por evasión de impuestos debido a falta de otras evidencias criminales), tendremos la rareza de un procurador que persiguió correctamente el crimen pero, irónicamente, robó al erario.

Posted in Buen Oficio

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas