No pasó de una idea –del anterior ministro de Administración Pública-, y nunca volvimos a escuchar de ella, aquella de creación de distintos horarios en la administración pública, para descongestionar en alguna medida las calles de las principales ciudades. Más hizo en ese sentido, paradójicamente, la pandemia del covid-19, pues fomentó el teletrabajo y tras la apertura, algunos empleadores privados fijaron la modalidad, si no con todos, con una parte de sus empleados. No serán muchos; pero manteniendo personal laborando desde sus casas, esos empresarios disminuyen la gente requiriendo transportarse diariamente, lo que debe ser mucho más contribución que la del Gobierno. La administración Luis Abinader no se muestra particularmente creativa con la grave cuestión del tránsito.

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