La entronizada violencia de nuestra sociedad, reflejada en los últimos hechos de sangre es para preocuparse y reflexionar. Cada uno mostró los tipos de violencia que nos arropan. La muerte de cuatro personas en Los Alcarrizos a manos de un agente de Digesett cae en categoría de violencia de género, mal que no sabemos cuándo superaremos. El homicidio de Dabel Zapata Rosa, hijo del diputado Darío Zapata, fue un caso de violencia delincuencial, la que compete directamente al Ministerio del Interior, inseguridad ciudadana. Finalmente, la muerte de Manuel Duncan a manos de Félix Alburquerque fue un caso de violencia interpersonal, derivada de conflictos entre la gente, que es ya recurrente y no se entiende por qué.

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