Señor director: Debemos pensar en convertir la República Dominicana en una potencia exportadora de alimentos procesados. Para eso se requiere la construcción de un tejido de agroindustrias municipales. Lo que incentivará a los propietarios de terrenos a sembrar con la seguridad de que sus productos serán adquiridos.

Mientras no existan las agroindustrias capaces de convertir los productos agropecuarios, en productos procesados y exportables, los productores seguirán siendo víctimas del ciclo maldito; mucha producción, quiebran. Poca producción, buenos precios. Es impulsar la RD a la industrialización.

La economía política marca el ciclo evolutivo de la macroeconomía global. Que va de la Revolución Agrícola, a la Revolución Industrial. Nuestra desgracia es que hemos sido incapaces de dar el próximo paso evolutivo… industrializar el campo.

No comprender la necesidad de industrializar el campo, ha sido la causa de su eterno subdesarrollo y que seamos un país, básicamente exportador de productos frescos. Cuando podríamos crear miles de empleos industrializando nuestra producción agropecuaria. Basta de seguir –para poner un ejemplo- vendiendo cacao y comprando chocolate.

Lo grande es, que construir una red de agroindustrias municipales, al Estado no le costaría un centavo. La estrategia sería, construir agroindustrias en cada municipio, y luego convertir su valor en acciones de mil pesos, y venderlas a los ciudadanos locales, emigrados o inversionistas.

Al mismo tiempo se reactivaría la industria de la construcción y la industria de la metalmecánica, en toda la geografía nacional. Y cada agroindustria, cuando los ciudadanos vean, que se trata de un área de lavado, una mesa de pelar el producto, otra para envasar y un cuarto frío para conservar, muchos decidirán construir sus propias plantas de procesamiento, multiplicándose.

Y reiteró, cuando los propietarios de tierra, observen que las agroindustrias demandan productos para ser procesados y exportados, los miles de propietarios, que hoy han abandonado sus tierras, por el ciclo de quiebra y precios altos, se motivarán a producir, y el país florecerá.

El error histórico e intelectual de la política agropecuaria, ha estado basado en creer que el camino es incentivar la producción, cuando el camino es impulsar la industrialización, lo que creará las condiciones para impulsar la producción. Es de locos esperar resultados diferentes, haciendo las cosas de la misma manera.
Con una red nacional de agroindustrias municipales, y abriendo centros de distribución de nuestros productos en USA, Canadá, Europa, Rusia y China, centros que también pueden ser vendidos a dominicanos emigrados, República Dominicana multiplicará sus exportaciones, creará decenas de miles de empleos, y captará los recursos para impulsar un programa de industrialización para sustitución de importaciones, crear industrias de última generación y crear un fondo, para apoyar emprendedores.

Milton Olivo
Dirigente político

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