Señor director: Constituye una de nuestras principales preocupaciones del CRD que nuestra nación amerita mayores niveles educativos y concientización sobre el comportamiento que se debe lograr para protegernos de las tormentas eléctricas y otros peligrosos fenómenos que resultan de las actividades atmosféricas que engendra la naturaleza.
En tal sentido hay que comprender, que si bien es cierto que nuestra isla al estar colocada en la frontera entre el Mar Caribe y el océano Atlántico, se encuentra en la misma ruta del sol, pero también, en la de las más poderosas fuerzas de la naturaleza, como son las tormentas eléctricas, los terremotos y los huracanes.

Estimamos indispensable concientizar y educar a nuestra población, que la tierra y las nubes forman una maquinaria eléctrica impresionante, cuyas repercusiones negativas en contra de las vidas terrenales y de nuestras estructuras físicas, debemos estar preparados para encararlas con inteligencia y eficiencia.

Y que comprendamos que la tierra es una esfera con una gran carga de electricidad negativa, que produce un voltaje de aproximadamente 200 voltios a nivel de nuestras cabezas, la cual por diferentes mecanismos, pierde parte de esta carga negativa, convirtiéndose los rayos las fuentes imprescindible de la naturaleza para devolverle esta carga eléctrica, resultando su producción constante una necesidad inexplicable.

El CRD invita a aprender, que esa fuente que usa la tierra para recuperar sus energías negativas, que conocemos como rayo, se dispara hacia la tierra desde la nube hasta 40 mil amperes, una electricidad 4000 veces mayor que la corriente de un aire acondicionado. Este rayo calienta la atmósfera y con esto se produce el trueno que lo acompaña. Cuando la luz del rayo y el sonido del trueno ocurren simultáneamente, tenemos la tormenta sobre nuestros cuerpos y es urgente tomar medidas de protección. La electricidad del rayo puede partir un árbol en dos mitades y si nos encuentra en el camino, difícilmente quedamos con vida.

Visualizamos para encarar con eficacia la problemática, asumir como tarea esencial educar a toda la población sobre la misma y su falta de previsión, viendo necesario para su implementación, que nuestras entidades educativas, los organismos del Estado junto a las entidades del sector privado y los medios de comunicación, orienten y eduquen sobre el peligro de las tormentas eléctricas y los demás fenómenos atmosféricos.

El gobierno central y a los gobiernos locales deben planificar en los tiempos de huracanes y otras tormentas y siempre hay que proceder a una labor de poda y recogida de escombros, especialmente los que están próximo a casas, escuelas, puentes, carreteras y otras edificaciones, por ser los árboles los que causan los mayores de daños.

También contemplamos de importancia, que se proceda a imitar a los países desarrollados donde se hacen sonar alarmas para advertir a la población, así como también, que se proceda a colocar pararrayos en las comunidades que están en la ruta de estas tormentas para evitar muertes y daños materiales.
Ing. Odonel Gómez Rojas
Director de la Comisión de Ciencia y Tecnología del Consejo Regional de Desarrollo

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