Hoy, Día Mundial de la Libertad de Prensa, no habrá quien rebata la opinión de que en el país existe un estado general de respeto a la libertad de prensa. Pero cuando se habla de libertad de expresión, lo que no se menciona ni se mide es la autocensura. No son pocos los que callan o se amilanan y no defienden lo que creen porque se lapida y descalifica al que disiente. Ojo con eso; es de alto riesgo para la democracia la tendencia de “acribillar” al que emita juicios que vayan contra la corriente o que no sean complacientes con el poder. Da pena que la autocensura gane espacio en el país. El miedo a hablar está escrito en las páginas más negativas de la historia de la humanidad.