Ahora que está el tema de la defensa del honor y apresado un acusado por difamar, quizá pocos recuerden el fallo favorable de la Suprema Corte por la querella interpuesta por Margarita Cedeño contra un comunicador de Santiago que la acusó en 2012 de poseer una cuenta bancaria millonaria en Europa. La entonces vicepresidenta de la República tuvo una frase lapidaria: “Conmigo no”. Llevó el proceso hasta el final y logró una condena a dos años de prisión suspendida. En materia de difamación e injuria en el país hacen falta sentencias ejemplares, para que algunos mequetrefes dejen de chantajear y jugar con la honorabilidad de las personas, un valor innato. La doctora Cedeño fue tenaz; aguardó por seis años una reparación y no cejó hasta que la Justicia limpiara su nombre.

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