Los líderes máximos y militantes del Partido Revolucionario Moderno (PRM) acudieron ayer a la tumba de su inspirador José Francisco Peña Gómez, y juraron que jamás permitirán la división de esa agrupación. Asimismo, harán todo lo posible para garantizar que la convención del próximo día 18 de marzo para renovar su dirigencia sea totalmente exitosa. Bonito gesto, pero resulta inevitable pensar que el PRM es el producto de una división, la del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), la organización matriz de todo el peñagomismo que ayer lo recordó. Un juramento más cierto pudo haber sido el compromiso de reunificar a quienes de verdad creen en los ideales redentores del fallecido “máximo líder”.

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