Iba a quejarme, pero recordé que soy privilegiada con el trabajo que tengo, porque tengo salud y una gran familia a mi lado. Hace unos días leí esta frase y me vino a la mente en forma de reflexión. La queja es una forma de descarga, pero cuando se convierte en parte de nuestro ser, nos limita en la búsqueda de soluciones, nos aumenta las tensiones y no nos permite avanzar en nuestro entorno.

Sí, es verdad que muchas veces la batería se desvanece o se acaba,y cuando eso sucede simplemente hay que volver a recargar por más que cueste, y dar las gracias por todo. Sí, dar gracias por todo, aún en esos días en los que todo cuesta y en los que se pone a prueba nuestra resistencia.

Es válido desconectarse, estar en silencio, lo que no lo es, es rendirse. Cada situación, por más negativa que sea, viene a enseñarnos algo, y si sabemos manejarla, la enseñanza queda para siempre y se puede compartir con otros como experiencias de vida.

Soy de las que piensan que la gratitud es uno de los dones más preciados, debemos aprender a ser agradecidos, aunque nos fallen mil veces y sean desconsiderados. Son experiencias que llegan para que aprendamos algo y seamos mejores seres humanos. No les des cabida a las cosas negativas como forma de vida, también hay que aprender a decir que no y poner límites.

Al principio cuesta, pero que nada dañe tu esencia, tu aura. Recuerda que los pensamientos forman parte de nuestro mapa mental que, junto con las creencias, los valores, las reglas, y el significado que atribuimos a las distintas experiencias a lo largo de la vida, constituyen todos aquellos aspectos que nos hacen únicos y diferentes, y que determinan nuestra forma de percibir el mundo y el entorno en que nos movemos.

Cuando le das paso a la gratitud en tu vida, las cosas cambian, hasta la forma de ver la vida. Empiezas a valorar las oportunidades y a enfrentar las vicisitudes con mejor actitud, lo que te da la capacidad de resolver conflictos. Toma un descanso, piensa en las cosas positivas y da gracias. Si te animas, medita y realiza un acto de bondad. ¡Verás cómo las cosas cambian, y para bien!

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