La tolerancia es fundamental en nuestra vida diaria. Pelear en el tránsito por un roce, en el gimnasio por una máquina, por la disponibilidad de un parqueo, un turno, o porque alguien te pisó en una fiesta, en muchos casos puede terminar en tragedia. No tiene sentido que pequeñas molestias o malentendidos escalen a la violencia, pero a menudo falta tolerancia y, en algunos casos, empatía. Cada día enfrentamos factores que nos generan estrés y frustración, y si no aprendemos a manejar esas emociones con calma, la situación puede salir de control. La tolerancia nos ayuda a entender y respetar las diferencias, lo que evita que una simple molestia se convierta en un conflicto grave. Cultivar la empatía y la paciencia es clave para prevenir la violencia en nuestra sociedad.