Se veía venir su fracaso; porque se trataba de algo meramente propagandístico, con más repercusión y agitación en el gobierno de los Estados Unidos y en el exilio cubano.

Nos referimos a la cacareada convocatoria para el 15 de noviembre de una manifestación callejera en Cuba contra el régimen, promocionada por gente que dice que allí existe una dictadura tan dictatorial que controla hasta el aire que se respira.

Precisamente por eso era fácilmente predecible que fuera “puro bulto”, como diría el dominicano en lenguaje coloquial, porque condiciones no existen para que cualquier opositor, aunque se trate de una persona individual, se pronuncie y encuentre eco en las calles cubanas.

Vale aclarar que con este punto de vista que externamos no hacemos causa común con los que, en una aparente pose de aliados de Cuba, no necesariamente son amigos de ese pueblo ni luchan por su bienestar.

Pero de ninguna manera significa que comulguemos con el régimen imperante allí.

Nos identificamos con la necesidad de que de una vez y por todas llegue la democracia a Cuba, entendida como el imperio de las libertades públicas y políticas y el pleno ejercicio de todos los derechos humanos.

Rechazamos que todavía a “esta altura del juego” el gobierno cubano insista con el argumento del bloqueo imperialista para cercenar todo tipo de manifestación, aunque ese bloqueo y las más recientes sanciones impuestas por el gobierno de Biden, castigan al pueblo y profundizan la crisis social cubana.

No compartimos la falta de libertades democráticas en Cuba ni que se criminalice la protesta popular ni que todo movimiento sea tildado de desestabilizador y “financiado e incentivado por el imperialismo”.

Los cubanos deben luchar por sus reivindicaciones, por el derecho a la protesta, el derecho a disentir, la libertad de expresión e información, por la libertad en el arte y la cultura.

Pero es una lucha que les corresponde afrontar a los propios cubanos de manera soberana y no por imposición ni designio de ninguna fuerza externa.

Nadie más que los cubanos que viven y sufren en Cuba pueden luchar por transformar su realidad.

Posted in Editorial

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas