Si en el mundo actual la vejez resulta una carga para las familias, para los gobiernos y para la sociedad, en países como el nuestro es un problema mucho más grave, porque los pocos ancianos que consiguen pensionarse, casi siempre a duras penas, alcanzan solo a percibir un ingreso tan mínimo que casi nunca es suficiente como para gozar de un retiro con dignidad, pese a haber dejado toda una vida de trabajo a sus espaldas.
Esa es una realidad por la que hay que saludar la decisión del Gobierno de disponer, con efectividad para el mes en curso, la nivelación a 10 mil pesos de todas las pensiones civiles que se encuentren por debajo de ese monto.

El presidente Luis Abinader, al hacer el anuncio, informó que durante el 2021 se otorgaron 12 mil pensiones solidarias del régimen subsidiado del Sistema Dominicano de la Seguridad Social; por vejez, por discapacidad y a madres solteras.

Indicó, además, que a estas 12 mil hay que sumarles las 3,049 que se otorgaron en diciembre de 2020, para alcanzar más de 15 mil pensiones solidarias, todas durante esta administración.

Si algo hay que reconocer con esta decisión, es el loable esfuerzo que se hace en favor de los derechos de los pensionados, sometidos a una postergación constante por parte del sistema en general.

A ello se agregó la pensión a 4,133 extrabajadores cañeros, que cotizaban en el desaparecido Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS) y que por múltiples razones no pudieron acumular las 400 cotizaciones que disponía la Ley 1896-48, para tener derecho a una pensión, una vieja injusticia que se corrige con esta medida.

También le fue otorgada una pensión de diez mil pesos mensuales para 484 extrabajadores cañeros.

Otro gesto destacable es que el beneficio se extiende a los que perciben una pensión por sobrevivencia, lo que constituye un acto de justicia porque se trata de personas vulnerables.

La paz social se garantiza cuando las autoridades ponen en práctica su capacidad de escuchar a los sectores postergados, que muchas veces no reclaman dádivas, sino el reconocimiento de derechos que han permanecido ignorados durante demasiado tiempo. Aplausos.

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