Hoy, en el Día Mundial del Agua, habrá discursos desde diferentes litorales, pero no pasarán de ser eso, discursos, hasta que se aborde con seriedad la Ley del Agua, que lleva años manoseada y dando vueltas, y mientras la cobertura de suministro de la potable siga siendo menor del 80% (Enhogar) y en tanto apenas el 11 % la reciba un solo día por semana.
Se debe recordar a los olvidadizos, y empezar por los que tienen poder de decisión, que el agua nunca es abundante, ni en tiempo de lluvias y mucho menos en escasez.
A veces, con una política de comunicación o de publicidad mal dirigida, se incurre en el error de “vender” la idea de que las principales presas están repletas y de que el servicio es estable y, además, de que hay agua más que suficiente, con lo que inconscientemente incentivan el derroche.
Es lo que también ocurre en los días de escasez, en los que se alarma tanto que la gente empieza a almacenarla.
Ni optimismo ni pesimismo con el agua; lo que procede es invertir el sentido lógico: hay mucha agua, pero es precisamente el momento de economizarla, no desperdiciarla porque a la postre tendrá un costo.
Tiene que ser permanente la campaña de crear conciencia de que se trata de un recurso vital para toda circunstancia, de que se debe preservar en crisis y también en la abundancia, porque se agota.
Es una lástima que esa necesidad de hacer conciencia se circunscriba siempre a la población, porque también la precisan todas las autoridades nacionales, del Gobierno, del Congreso, para el mejor aprovechamiento del agua, tanto la potable como para regadío y otros usos.
Mientras se sigan escuchando discursos altisonantes en los medios y al mismo tiempo la extracción de arena y agregados continúe matando lentamente nuestros ríos, de nada servirá insistir en la preservación de este recurso vital.
Ojalá que esta celebración del Día Mundial del Agua sirva no solo para crear conciencia, sino también para que nuestras autoridades comiencen a ejecutar acciones concretas para el cuidado de este recurso del que depende la supervivencia futura de la humanidad.
