Estamos a la puerta del inicio del año escolar. La noticia más interesante del nuevo período que inicia desde el 19 de este mes es que tendremos un millón 300 mil alumnos en tanda extendida, alrededor del 75% del total de la matrícula del sector público.
La tanda extendida como se le llama aquí al modelo de permanencia de más horas en la escuela presenta para algunos la limitante de que todavía el sistema no ha diseñado el mejor esquema de uso de las nuevas horas disponibles para los estudiantes.
En algunos momentos se ha señalado que todavía no se tienen los educadores, técnicos o profesionales que deberán atender a los niños y jóvenes durante ese importante período. Para algunos de por sí la permanencia en el centro educativo tiene un valor, y es que permite a los muchachos el acceso seguro a servicios de alimentación durante las primeras horas de la mañana, con el desayuno, y al almuerzo al mediodía, concebidos con determinados estándares de calidad. Es naturalmente un valor en un país donde hay tantos déficits en importantes núcleos poblacionales. Llena una necesidad y al mismo tiempo permite al Estado cumplir con su misión protectora de niños y jóvenes, como hacen otros países.
Pero el aspecto fundamental, la utilización del tiempo adicional en la escuela, es una cuestión que amerita el mayor empeño de las autoridades.
Unos hablan de que podría dedicarse a la enseñanza concentrada de lenguas fundamentales para estos tiempos, como el inglés, el chino, el francés o el alemán. Otros hablan de aprendizajes en nuevas tecnologías o artes.
No está demás que las autoridades presenten a los padres y a la ciudadanía en general, los planes previstos este año durante el llamado período de tanda extendida.
