ESCUCHA ESTA NOTICIA

La relación del homo sapiens con los animales comienza en los albores de la historia, desde que el hombre aprende a domesticarlos para convertirlos en auxiliares de caza, de transporte, en custodias de sus solares y sembradíos, en ayudantes para el pastoreo de ovejas y bovinos.

El mascoteo de animales es tal que muchas personas adoptan perros no solo para compañía, sino también como lazarillos para ciegos y acompañantes de quienes sufren ataques de pánico y otros problemas.

Mucha gente tiene hamsters, conejos, loros, papagayos, cacatúas, mirlos, (pajaritos que pueden imitar la voz humana y el sonido de motores), otros tienen lagartos, mascotas a las que brindan un tratamiento asesorado por veterinarios, lo que no está mal.

Los perros suelen ser las mascotas más fieles, y por su carácter social pueden interactuar con niños y con ancianos, pero el gran problema es que las hembras son las menos queridas, porque cuando paren muchos cachorros de los que es difícil deshacerse. Muchos de esos perros terminan abandonados, crecen en las calles como realengos, se alimentan de la basura y se convierten en un problema sanitario porque dejan sus heces en cualquier parte, pueden contraer la rabia si no los vacunan, por lo que las autoridades municipales los recolectan periódicamente, y si no son aceptados en refugios, los sacrifican, una solución extrema.

Un problema registrado recientemente en la capital y en Santiago, es la apareción de perros envenenados, obviamente por manos anónimas. Una acción reprobable por lo inhumana.

En Santiago aparecieron dieciséis perros muertos por un veneno, en un perímetro relativamente pequeño, lo que indica la premeditación de ciertos desaprensivos que colocan alimentos con sustancias letales para eliminarlos.

Pero no son solamente los realengos las víctimas de esta acción, muchas mascotas que tienen dueños han caído envenenadas y sus propietarios lamentan esta situación porque se trata de animalitos con los que se han encariñado a lo largo de los años.

En la capital aparecieron cinco perros envenenados en el Mirador Sur, una acción condenable por su crueldad. No es un problema menor, los venenos pueden afectar también a los niños que juegan en las aceras y en los parques, de ahí que las autoridades debieran extremar la vigilancia, investigar e identificar a los envenenadores, y buscar soluciones definitivas para el problema de estos animalitos.

Posted in Editorial, Opiniones

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas