Saludamos sinceramente el hecho de que el comité ejecutivo de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) y el ministro de Educación encontraran un mecanismo de entendimiento para poner fin a la conflictividad en medio del año escolar.Los problemas de la escuela dominicana son muchos, tantos como trece mil que fueron identificados por el ministro Andrés Navarro en la jornada de consulta nacional con la escuela, donde participaron los propios profesores, estudiantes y los padres.
Una paralización de la docencia, como ya amenazaba la ADP era un despropósito. Resultaba chocante la agresividad con que se expresaba la dirección de esa organización que llegó al clímax con la manifestación del viernes ante el Ministerio. Fue una demostración de fuerza previamente al diálogo.
Habría que decir también que el ministro Navarro igual fue demasiado categórico cuando advirtió que este año no habría aumento salarial, lo que quizás contribuyó a exacerbar los ánimos en los predios magisteriales.
De acuerdo a las primeras informaciones, de todas formas el Ministerio no hará más que redirigir algunas partidas en el presupuesto de este año. Pasará a aumentos lo que estaba dispuesto para incentivos. No debía ser, pero había que solucionar el conflicto.
De todas formas, es bueno que haya un acuerdo. Y no sólo para la escuela y los estudiantes. Para el país también. En estos días hay muchas tensiones. Ésta es una menos.
Mientras, hoy está previsto un encuentro entre los profesores de la UASD y el rector con la ministra de Educación Superior. Igual estamos ante otra demanda de ajuste salarial.
Lo ideal es, como hemos sugerido, que se llegue a un entendimiento. No hay que argumentar sobre la gravedad de una cancelación de un período académico. De eso se trata, porque ni siquiera había comenzado cuando los profesores proclamaron que no darían clases.
Esperemos que en un diálogo con la mediación activa de la ministra Alejandrina Germán las partes lleguen a una fórmula que permita iniciar la docencia de inmediato, sin más dilación.
