El programa se denomina remozamiento, pero bien que resiste la definición de rescate y preservación de la Ciudad Colonial, un plan que entra a una segunda prometedora etapa en la que confluyen varias entidades, lideradas por el Ministerio de Turismo y el cabildo del Distrito Nacional, y que para comenzar tiene de diferente y positivo contar con la manifiesta buena voluntad del Gobierno en la persona del presidente de la República.
Este rescate o remozamiento dispone de un buen punto de partida: la aprobación en el Congreso Nacional de un préstamo de US$90 millones con el Banco Interamericano de Desarrollo, una donación de US$3 millones por parte de la Unión Europea y el anuncio del presidente Luis Abinader de que serán restaurados con recursos gubernamentales el Parque Colón y la calle El Conde.

La Ciudad Colonial de Santo Domingo, “La Zona” como popularmente se le dice, encierra, en su pequeña superficie, muchos tesoros arquitectónicos y una invalorable riqueza museográfica, ideal para ofertarla a los dominicanos y al visitante extranjero para el turismo cultural así como destino de ambiente agradable y de gran variedad gastronómica.

Es una zona, declarada en 1990 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación y la Cultura (UNESCO) como Patrimonio de la Humanidad, con un enorme potencial que no ha sido debidamente aprovechado.

La Zona Colonial, por su antigüedad y por ser el primer enclave urbano construido en el Nuevo Mundo, es demasiado importante como patrimonio histórico para que este plan se quede nada más que en buenas intenciones.

La esperanza es que ahora, a la vuelta de poco más de un año, tiempo en que está proyectado finalizar el remozamiento, se cumpla de manera cabal con los objetivos que han sido definidos.
A saber: recuperación de espacios públicos y monumentos históricos, mejorar la habitabilidad de los residentes, desarrollo de las economías locales y fortalecimiento de la gestión en la zona.

Confiemos en que la Ciudad Colonial vuelva a ser un patrimonio que ofrecemos al mundo con legítimo orgullo y que todos aportemos y colaboremos con los trabajos para su remozamiento.

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