Del informe preliminar de la economía dominicana enero-diciembre 2021, presentado el pasado martes por el Banco Central, son muchos los aspectos positivos a destacar, empezando porque cerró el período con un robusto crecimiento interanual de 12.3%, y que todos los indicadores básicos, excepto el de la inflación, superaron las proyecciones iniciales.
Pero hay un aspecto a resaltar porque da una idea cabal de lo espectacular de este crecimiento, y es que al comparar el comportamiento de República Dominicana en 2021 con las últimas proyecciones del PIB publicadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para la región de América Latina, este resultado coloca al país como el de mejor desempeño en términos reales respecto a los niveles pre pandémicos.
En efecto, la proyección del PIB real en América Latina y su variación 2021/2019, nos coloca de líderes con 4.7%, seguido de Chile (4.6%) y a partir de ahí todos los países están por debajo de 4.0%, con solo Guatemala y Paraguay (3.9%) con más de 3.0% hasta llegar a Panamá con -8.0%.
Eso solo medido con la proyección del FMI, pero es un porcentaje muy por encima también de las proyecciones del PIB regional que hicieron el BID, Banco Mundial y la CEPAL, para únicamente mencionar a otros tres organismos de prestigio que constituyen referencia en la materia.
Como certeramente lo consigna el Banco Central en su informe preliminar, este crecimiento del PIB de 4.7 % en 2021 con relación al año 2019, es el reflejo de una reactivación real de la economía dominicana, contrario al caso, como hemos señalado, de la mayoría de las economías latinoamericanas que no superaron los niveles previos a la pandemia.
En el mismo contexto regional hay un dato que magnifica el crecimiento de 12.3% de la economía dominicana en 2021, y es que el año pasado, según cifras de la CEPAL, el crecimiento promedio fue de 6.2%.
Las perspectivas para este año que apenas comienza tienen que ser esperanzadoras, no solo ni necesariamente por el crecimiento logrado.
Es porque el 2021 finalizó y el 2022 se inició con evaluaciones muy favorables de inversionistas, calificadoras de riesgo y organismos internacionales, cimentadas en un clima propicio en todos los órdenes para la inversión.