El Gobierno como administrador del Estado debe tener la solidaridad como norte de su accionar y de su razón de ser. Bajo ese principio debe estructurar su política fiscal, que es el esquema de administración que le permite redistribuir la riqueza nacional.Crear programas y establecer políticas públicas dirigidas a, por ejemplo, disminuir la pobreza, son acciones importantes que, si son bien ejecutadas, deben estar presentes en toda gestión gubernamental.

Y cuantificar los resultados de esas iniciativas también debe ser un requisito importante. Mientras más independiente y técnico sea la evaluación de los programas e iniciativas sociales promovidos por el Gobierno, más calidad tienen los juicios, sugerencias y observaciones que se hagan. Y dependiendo de esos elementos se asimilarán los resultados.

Por ejemplo, una evaluación de la especialista senior del Banco Mundial, María Concepción Steta, dice que el 80 por ciento de los hogares que participan en el programa Progresando con Solidaridad (Prosoli) mejoró su calidad de vida al pasar de pobreza extrema a moderada.

La valoración de la especialista del Banco Mundial fue realizada en el marco del Foro Internacional de Protección Social en la República Dominicana, en el que fueron valorados los datos que maneja el Sistema Único de Beneficiarios (Siuben), y que son el resultado del Censo Socioeconómico de Hogares que realizó esa institución y que sirve como instrumento guía para focalizar las políticas públicas dirigidas a mejorar la condición de vida de la población más necesitada.

Según la medición objeto de este comentario, el 73 por ciento de las familias elevaron sus condiciones de vida, con un detalle muy interesante y es que el 88 por ciento de los hogares dirigidos por mujeres son más propensos a salir de la pobreza.

Asumiendo los resultados de esa medición, y la interpretación que de la misma hizo la especialista del Banco Mundial, se concluye que la política implementada por el Gobierno vía el Prosoli es positiva, que cumple con sus objetivos.

Pero… siempre hay un pero y es, para este caso, la duración de ese tipo de programa, en su componente de subsidio. La mano del Estado no debería ser eterna. Solo un apoyo para quienes están en situación de ayuda, en pobreza extrema, puedan salir de ese estado y caminar solos.

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