Los actores vinculados a la formación de nuestros muchachos han recibido los resultados de las pruebas del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA), auspiciado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) desde 2000, con pesar, pero al margen de los matices, en general, predomina la aceptación de la realidad y una determinación acerca de la necesidad de trabajar para para mejorar el desempeño escolar.

Eso es positivo. Lo que debe verificarse es una real disposición para descubrir los porqués de los rezagos de nuestra población estudiantil en la edad de 15 años.

El programa mide las habilidades de los alumnos de las escuelas públicas y privadas, con atención en materias básicas como Lectura, Matemáticas y Ciencias. Los hallazgos son desgarradores. En Lectura, los estudiantes no logran superar el umbral mínimo de competencia. Apenas están en capacidad de entender el significado literal de una oración. Es decir, no entienden. En Matemáticas, no logran el nivel mínimo de competencia. No son capaces de resolver problemas, aunque reciben toda la información adecuada y las preguntas sean claras y bien presentadas. Algo parecido ocurre en Ciencias.

Este es un viejo problema de la educación dominicana. Es la acumulación de un deficiente sistema de formación que tiene muchas implicaciones, desde el período de alfabetización predomina el método de transmisión de datos sin contrastación, sin agotar todo lo que implica el proceso de raciocinio en atención a realidades locales, regionales, nacionales o internacionales.
Implica los métodos de enseñanza, la calidad de los agentes transmisores o multiplicadores, sus carencias que igual son transferidas a los receptores. Tiene que ver con la familia, la escuela y la comunidad como totalidad.

Hubo un pacto por la educación. Aumentó el presupuesto, pero qué ha ocurrido con los contenidos, los métodos, los instrumentos y los educadores. ¿Cuál es la verdadera orientación del gasto?
El informe mortifica. Duele. Es la realidad. El sistema educativo debe someterse a crítica, pero se requiere seriedad y honestidad de todas las partes.

Los actores deben comprometerse para hacer los cambios necesarios. Y no deben dudar, si es necesario, en dejarse acompañar de organismos y consultores internacionales para acometer tan grande tarea.

Posted in Editorial

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas