Que las motocicletas siempre han estado involucradas en la mayor cantidad de accidentes de tránsito y de muertes en carreteras, volvió a ser corroborado en el boletín número 4 del Comité Nacional de Emergencias (COE) con los resultados finales de su operativo “Conciencia por la Vida, Semana Santa 2022”.
Fueron reportados entre jueves y domingo 187 accidentes de tránsito, de los cuales en 140 estuvieron involucradas motocicletas, un 75 %.
De los 25 fallecidos en accidentes viales, los casos por motocicletas representaron el 72 %, cantidad que nos obliga a repetir que urge un régimen especial y que como prerrequisito para empuñar el timón de una máquina de estas se requiera educación formal y vial.
Las autoridades, que no están solo para dar cifras trágicas, debieran, por enésima vez, agilizar la identificación y regularización del parque de motocicletas, una simple medida con la que habría más control de este tipo de vehículos tan asociados también a hechos delictivos.
Los anteriores gobiernos, unos más que otros, se han propuesto esta regularización, sobre todo luego de la aprobación de la Ley No. 63-17, de Movilidad, Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial, pero los esfuerzos se quedan a medio camino o pierden intensidad, como ocurre con el plan puesto en marcha por las actuales autoridades.
Que se aproveche esta ocasión en que el operativo por la Semana Mayor nos enrostra una realidad ante la que no podemos permanecer indiferentes o solo contentarnos con ofrecer números.
Esto debe mover a que se aplique la ley con drasticidad a los motoristas y en sentido general educar, pues las estadísticas demuestran que la mayor cantidad de víctimas fatales en las vías públicas se deben a la imprudencia.
Entre tanta impotencia, alguna solución de fondo habrá que buscar.
Otro lamento eternamente repetido que solo alcanza para una acción limitada al momento, es la cantidad de menores intoxicados con bebidas alcohólicas.
El reporte del COE menciona que 28 personas con edades entre los 2 y 17 años resultaron intoxicadas, y se puede identificar fácilmente a los padres, porque la cifra se extrae de reportes del Servicio Nacional de Salud.